RETROCESO
Atado sólo a mi sombra,
guiado por tu nombre entro al vacío de la noche donde está tu aliento.
El suelo está vivo y me quema
Camino a tientas
y recreo tus manos con mis ojos cerrados.
Sigo tu voz,
creo seguir tu voz, caigo.
No dejo de levantarme entre los rudos que me cierran el camino
debajo de un cielo de hierro
pesado y torpe y negro
Entre las ramas secas y filosas de aquel sueño;
me muevo y te alcanzo antes de despertar.
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