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A Saulo Duprat
Habrán preparado todo bien porque a las tres de la tarde ahí
estaba, crucificado en la Placita de Villa del Rosario. Enseguida el lugar se
llenó de gente, lo que hizo que mucha más gente se acercara a curiosear. Los
primeros en llegar fueron los alumnos del colegio del frente que al ver la
escena salieron de las aulas a los empujones y ni bien llegaron al lugar se
pusieron a grabar con sus celulares. Muchos de los que iban por Fotheringham
estacionaron sus motos en la vereda y se arrimaron a ver; niños al rolete,
jóvenes en cantidad, algunas viejas rezando el rosario y llorando. Un remisero
gordo que estaba viendo encarnizado no tardó en llamar a la policía. El
crucificado estaba ahí, en medio del sol bien clavado a una cruz alta hecha de
palmas, era flaco y traía puesto un vaquero gastado, sangró mucho y rápido. Cuando
llegaron los canas a bajarlo ya estaba lánguido, su cabeza colgando mentón al
pecho. Lo bajaron dos oficiales que pidieron una escalera a un vecino. La gente
se amontonó alrededor de la ambulancia dónde lo metieron y lo trasladaron de
urgencia. Los policías esposaron a un morocho barbudo que estuvo callado al pie
de la cruz todo el tiempo y se lo llevaron a la Comisaría Sexta en el móvil 19,
tenía sangre en las manos. También recogieron unas zapatillas negras, un
cuchillo atado a la punta de una tacuara, un martillo y unos clavos de 3
pulgadas que sobraron. Algunos vecinos dijeron que los dos eran amigos y la
crucifixión fue un acuerdo. El crucificado murió en la guardia del hospital
Central, ese día cumplía 33.
(desconocido)



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