33

 

A Saulo Duprat

 

Habrán preparado todo bien porque a las tres de la tarde ahí estaba, crucificado en la Placita de Villa del Rosario. Enseguida el lugar se llenó de gente, lo que hizo que mucha más gente se acercara a curiosear. Los primeros en llegar fueron los alumnos del colegio del frente que al ver la escena salieron de las aulas a los empujones y ni bien llegaron al lugar se pusieron a grabar con sus celulares. Muchos de los que iban por Fotheringham estacionaron sus motos en la vereda y se arrimaron a ver; niños al rolete, jóvenes en cantidad, algunas viejas rezando el rosario y llorando. Un remisero gordo que estaba viendo encarnizado no tardó en llamar a la policía. El crucificado estaba ahí, en medio del sol bien clavado a una cruz alta hecha de palmas, era flaco y traía puesto un vaquero gastado, sangró mucho y rápido. Cuando llegaron los canas a bajarlo ya estaba lánguido, su cabeza colgando mentón al pecho. Lo bajaron dos oficiales que pidieron una escalera a un vecino. La gente se amontonó alrededor de la ambulancia dónde lo metieron y lo trasladaron de urgencia. Los policías esposaron a un morocho barbudo que estuvo callado al pie de la cruz todo el tiempo y se lo llevaron a la Comisaría Sexta en el móvil 19, tenía sangre en las manos. También recogieron unas zapatillas negras, un cuchillo atado a la punta de una tacuara, un martillo y unos clavos de 3 pulgadas que sobraron. Algunos vecinos dijeron que los dos eran amigos y la crucifixión fue un acuerdo. El crucificado murió en la guardia del hospital Central, ese día cumplía 33.



                                                                                                                                                                          (desconocido)

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