E N T I E R R O
-Jorge no dejes que me entierren. Que me quemen y que tiren mis cenizas entre las plantas o donde sea. Hablo en serio; si me muero antes que vos, por favor prometeme que no vas a dejar que me entierren. - O sea; en todo caso si te morís primero y ya estás muerta ni te vas a dar cuenta de lo que sigue. Qué importancia tiene eso. - No seas pelotudo. Prometeme; prometeme que no vas a dejar que me entierren. Mirá si no me muero bien y me entierran viva. - Pará un poco, Chamiga. Nadie te va a enterrar. - Prometeme. -Qué cosa -Eso que te estoy pidiendo por favor. -Sí, claro. -No te rías, boludo. Para mí es serio. - Bueno. En el cementerio siempre hay gente, poca gente silenciosa desparramada por todas partes durante las visitas a sus difuntos, cambian los paños de las cruces, arreglan los panteones, prenden velas, llevan flores. Pero durante los entierros es cuando hay más movimiento, llegan en grupos trayendo a sus muertos y juntándose alrededor de los pozos abiertos donde los sepul...